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En el otoño de 1910, hace cien años se escribió: «Gozad de la carne, ese bien que hoy nos hechiza, y después se tornará en polvo y ceniza.»

Cien años hace que no me encaraban, mórbido de soberbia oculta entre las palabras.
Cien otoños de complacientes elogios me cegaron de las provocaciones.
Cien minutos vestidos de las primeras letras disfrazadas de mujer me despertaron.
Cien represiones se han revolcado en la espuma de mi sangre.

Su respuesta en pregunta se tornó dialogo sin sentido con un final acertado.
-Se mi amante, que mis dedos guiaran el punto final sobre la piel del azar,
cerca de tu vientre, justo antes de probar los cien poros de mi perversión-.
Seré tu color prohibido y tu aventura ofensiva, casi obscena.
Seré la mayor de tus dudas y tú mi cálido infierno.

Quédate en un lugar desértico, entre más alejada te mantengas mayor peligro tendrás.
Quédate lejos recordando que lo más cercano a mi muerte son tus ganas de besarme.

…»y apenas envuelta en los velos de la ilusión,
baja a los bosques de los cielos por Endimión.»

Hace cien años Delgadina nació…