Pueblos, abrazos y caídas.

por fernandobenavides

Lo último que recuerdo fue que la abracé, es el recuerdo más profundo y doloroso que tengo.

Esa foto en la que estamos en la calle de algún pueblo viejo al que nos escapamos un fin de semana y la estoy abrazando, ella vestida en azul y yo de verde olivo.

El recuerdo es de antes que me dejara la barba de tres días todos los días. Como queriéndome parecer a otra persona y no la que perdió a la mujer de azul.

Me dejo la barba con miedo de verme al espejo que es el peor de los miedos.

Cuando mi pequeña historia de amor terminó, el color ya no me iba bien… no me iba bien mi piel devaluada. Solo me iba bien la imagen de ella en mis brazos, dejándose proteger.

Todo eso antes de que se pusiera oscuro el camino, la carretera y la costa.
Todo eso antes del whisky, los sueños y la caída.

Extraño sus delgados brazos y sus pechos firmes en la convicción de mis manos, pero extraño mucho más sus ojos entrecerrados.

Se está poniendo oscuro, pero sabía que eso iba a pasar. Es como siempre, cuando pierdo, y yo pierdo muy seguido. No soy compatible con el tiempo ni la compañia. No los sé conjugar de manera exitosa.

A mi no me van los colores, cuando más, me va bien un whisky en la mano y escribir sobre el pasado.