Escritor.

por fernandobenavides

Últimamente no he escrito mucho, soy escritor de nada por ello, porque todo mundo escribe y yo lo hago menos cuando podría ser más. Si fuera de las mujeres y si fuera de las amantes sería mala amante, como una que ama poco, aunque su deber por decisión sea amar tanto como la esposa no lo puede o ha olvidado, esa clase soy, de los que empiezan a amar poco lo único que aman.

Se me vienen encima las tardes y los colores se presentan insistentes fríos y vidriosos, se me vienen las tonterías a la cabeza, paseando y quedándose ahí, y termino por entrar al mundo justo por la puerta que había susurrado no debía. Pasa todo y no se ve cercana la maquina de escribir, las teclas dóciles, dormidas y tan calladas en estos intentos; la pantalla o las hojas, las cosas románticas que poco han servido, que de nada dieron frutos en los días, ni las noches.

Soy un escritor que no escribe, he dejado de entender las reglas, los guiños, tampoco escucho las cosas claras, no se apetece escribir si no llueve o si llueve mal, como ha llovido últimamente.

Todo se ha movido y en la oscuridad se han aparecido los recuerdos que aun no lo son, nada parece familiar aunque tenga los mismos ritos pequeños, los muertos no me han venido a hablar por más que pienso en ellos, por más que los siento, por más que tomo una copa y la lleno, la vacío y nada resulta de ello, nada viene a cambio de lo que se va, cuesta respirar.

La soledad se instala y se compadece y me platica todo y veo solo sus labios mover, pero solo eso, tampoco la toco como antes, porque esta soledad tan absurda, ya no es soledad.

Quizá lo que necesite sea largarme de aquí por unas horas que se pierdan a la cuenta, andar al campo sureño, tomar a Ari en una mañana cansada y ver nuevos pastos, montañas lejanas, la pobreza del camino que inspira la derrota ajena, como si no nos pasara, arboles de pie muertos de tiempo, no hacer nada que es cuando se hace más.

Quizá necesite la fuga de las letras más que antes porque como he dicho, me he convertido en un escritor que no escribe y cuesta trabajo respirar.