La oscuridad llega

por fernandobenavides

En quién me convierto, yo, en la oscuridad de los actos,
los pies no me bastan para arrastrarme, ni el corazón aguanta extrañar,
los ojos atentos a nada se vuelven, las manos no tienen lugar para guardarse,
atraigo los finales, como si los principios me rehuyeran,
como si dominara la muerte y me alejara de las parteras.

Mi cuerpo ya se acostumbró a escalofríos, a dulces abandonos,
pero a mi sangre constantemente llega el arrepentimiento,
como si fuera imposible vivir sin él,
como si mi vida entera fuera un error que pagar al minuto siguiente.

Para ser observador cometo grandes errores, en cantidad.

De pronto me doy cuenta que soy los pasos del silencio,
y a mi lado no hay nadie, todos los intentos se alejan,
mi presencia no vale en pepitas de oro ni de bronce,
y con prestos me regresan el tiempo para no tenerme, para ya olvidarme.

No encuentro casa; el hogar está olvidado,
las calles me arrastran en imagen similar,
y vuelvo a respirar la incertidumbre,
los brazos del deseo huyen, de mi lepra y de mi ser.

El tiempo me da dos cabezas, tres,
la voz se endurece, los pies reniegan,
ya he perdido todo, nada me queda,
ya han ganado los otros,
ya la oscuridad llega.

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