A mi escritura
por fernandobenavides
Pobre, te tengo tan abandonada, tú que me lo ofreces todo y yo que ignorada te mantengo,
aguardando a que la vida se escurra por mis piernas y muera, por fin, sin verme en la retina de tu encanto.
Escuché tu voz una vez y por ello te mantengo en recuerdo y esperanza, al fondo, cuello de mi oscuridad.
En sollozos gritas, te mantienes en píe, seductora en libros, respirando entre las hojas, ciudad de catacumbas eternas, y yo, en la vida vacía, te ignoro y me alejo.
Por las noches y por los días me visitas, me dices: Anda por mi, pisa mis piernas, muerde mis várices, bebe de mi pecho, vive en mis entrañas, y yo, asustado, me mantengo en casa, como al ahuyento acude el hombre cansado al tornado.
Pobre, tú eres mi vida y yo no te doy la mía, eres mi escritura y te dejo, desierta en mis intenciones, evitando tu llamada.