Los días
por fernandobenavides
Con caminar
y andar,
y llegar
o partir;
con salir
o quedar,
y recordar
olvidar
olvidar por qué huello aquí,
olvidar la recurrente confusión,
y recordarla al fin.
Ver
y observar las ventanas rayadas del tren pasar,
y las luces que reflejan ello.
Oír,
y escuchar a la gente viajar,
envidiar su paso y la casa que coronan,
la cerveza en el refrigerador,
el bistec en el refrigerador,
el ruido del refrigerador
y su hora de dormir.
Dejarlos partir,
las mujeres parir;
ningún hijo es mío,
puedo huir.
Nada de lo que siento es nuevo,
nada de lo que dejo me deja,
ni lo que recuerdo me recuerda.
Los muebles son mudos,
y no puedo guardar la lluvia
de los hombros de la chamarra en los cajones,
ni hay oídos para escuchar el bosque que mantuve,
ni manos que tomen despacio las mías.
Tomo un boleto para regresar al día por la tarde,
y camino, y ando, y parto,
o llego y me muevo,
y el día comienza otra vez.