Señalamiento de carretera
por fernandobenavides
Aquella mujer apareció de la nada hace varios años,
la conocí en una época en la que yo había tenido algunos triunfos
y me sentía bien
y sólo me hacía falta una mujer que le gustara el vino y la buena música.
Ella llegó,
usaba lentes y tenía una hermosa sonrisa,
una hermosa nariz,
y tenía hermosos pechos;
entonces decidí que la amaría,
ella por el contrario nunca me amó,
porque veía en mi a un hombre que la acercaría a otro hombre
y ese la llevaría otro.
Hay personas así.
Yo tenía un automóvil de 1986 y era feliz,
tenía un departamento decente y buen vino en casa,
pero ella quería a un hombre con un automóvil del año
y después a otro con dos automóviles del año,
yo no era ese tipo,
yo fui el que se enamoró de ella,
aunque probablemente los otros también se enamoraron,
porque ella era físicamente admirable y sabía aparentar.
Quizá nosotros sólo queríamos amar y nos bastaba una cueva con vista al mar.
Hemos unos que amamos y nos conformamos con un engaño.
Ella era increíble,
si hubiera sido real su gusto por la música y el vino hubiera sido la chica del millón de muertes,
pero no lo era.
Un día fuimos a la pista de hielo,
otro día bebimos seis botellas de vino y reímos
y otro más tomamos el automóvil de 1986 y tomamos la carretera,
ella veía los árboles,
las montañas
y los señalamientos pasar,
y sabía que a nuestro regreso me iba a dejar,
y así fue.