Ya te había visto

Ya te había visto, y no te vi,
por hipocresía la mia,
o por conveniencia,
que es mi mejor excusa ahora.

Te había visto en medio de la lluvia,
y allí te dejé,
mojada,
sin un guiño de despedida.

Andabas por ahí,
como cervatillo recién parido,
aprendiendo a caminar
huyendo de la muerte.

Yo era hierva,
y era el lodo por el que no se puede cruzar,
era el hombre,
y el que obvió tu desesperación.

Ya te había visto;
aparecías con el tiempo
y con el tiempo te ibas,
acaso te detenías para que te viera
y lo hacía,
luego despertaba.

Ahora recuerdo que te había visto,
como la noche que se olvida por el día
y se recuerda de nuevo con cierto viento frío,
como regresa lo que no se va.

Ya te había visto,
y no te vi,
ahora te busco
y no sé dónde encontrar.