Diminutas vacaciones

por fernandobenavides

Hay días que los tomo como diminutas vacaciones,
entre una semana laboral,
uno o dos.

Entonces dejo de hacer lo que usualmente hago,
leo otras cosas más fáciles de leer,
o distintas,
y me acuesto en la cama hasta que se hacen nudos en mi espalda,
entonces empiezo a leer de nuevo las cosas fáciles,
o distintas;
pero luego comienzo a pensar en lo que estaba escribiendo
y llega el remordimiento,
cuando me levanto ya estoy pensando en Saramago,
en Hemingway o en Bukowski,
intento olvidarlos pero ahí están,
siempre al lado mío
exigiendo que escriba
para no descepcionarlos.

Entonces pongo un cuaderno a mi lado
para que en la noches,
como suele ocurrir,
despierte pensando en algo y me ponga a escribir,
la mayor parte de las veces poesía,
que es sangre continua;
en el día me enfrento con la novela
y a veces,
como ahora,
escribo confesiones.