El mundo hermoso
Mi resistencia al desamor
se ha ido desangrado,
y la calma del aire
me susurra por primera vez la muerte.
A mi que he traído
a sus caudales
a los que han perdido todo
y nada quieren recuperar.
La vida
cada vez
es más difícil,
y nadie me escucha
como tanto quiero ser escuchado.
Hay fuga de deseos,
y nada se cumple,
nada se espera
y nada se va.
Somos testigos
de la terrible carrera
de aquellos que no quieren ser engañados
pero no lo pueden impedir.
Nos acorralamos con la muerte
y apenas podemos dar pelea,
levantar los brazos,
rendirnos con dignidad.
Hemos perdido la belleza del asombro
y no podemos hacer nada al respecto;
la conmiseración ya no es la misma
ni funciona de la misma manera.
Nos encajonamos con los recuerdos
y ninguno vale la pena;
todos están agotados;
todos los días
son un día perdido.
Ya no tenemos
madrugadas calurosas
con algo por delante
que nos aliente a continuar.
El mundo hermoso
se ha acabado poco a poco;
al mundo hermoso
le ha llegado la noche.