Deseos
por fernandobenavides
La mala costumbre de recaer
se me monta en la espalda
y araña el alma,
o lo que queda de ella,
y el corazón se me marchita,
o lo que queda de él.
En el camino que siempre tomo y no termina,
en el que me acompañé de una brasa que aun no se apaga,
y que me dice que es la luz
que solo se ve en la oscuridad
Regreso a ese terrabal cuando todo está bien,
el que me dio esperanzas cuando todo estaba mal
y tengo que probar
un poco
la desesperanza
que ya no tengo,
y necesito revivir
de tanto en tanto.
Ya no bebo
porque ya no amo.
Ya no estoy a tientas
en el sol.
Pero la oscuridad se cierne
aunque sea en mi sombra,
y ahi me amparo
para recordar de donde vengo
y de lo que escapé.
Por eso cada tanto me hierve la sangre
con el tiento del infierno
y tengo que entregarme
a los deseos de abismo
que me abraza;
y me escapo
antes de caer de nuevo
profundo.
Huyo de ese dulce dolor,
porque prefiero el calor de la abundancia
al frío de la búsqueda;
tantos años
sin hallar.
Soy eso que no encontré
cuando seguí
el primer rayo del amanecer
y ahora
llevo la noche
en mi sombra.