Acto suicida
No recuerdo un sólo día,
en el que el mundo
no me haya dado miedo
y me haya lanzado a él
en acto suicida.
La felicidad siempre me pareció
un acto extraño,
lejano,
yo tan indigno de ella.
Las grandes hazañas
y los grandes hombres
parecieron morir en cuanto yo llegaba
y los buenos tiempos
nunca fueron míos.
Encontré paz en la huida,
en los caminos
y en la noche que se come la carretera;
pero siempre busqué
el silencio.
Las mujeres que tuve
y los amores que logré
se fueron rapidamente,
y los logros aparecieron,
sólo cuando habían terminado.
El fuego que encontré
entre la entraña y la espalda
sirvió para alumbrar
el camino que me alejaba de la ciudad,
para llegar al final del camino
y regresar.
No recuerdo un sólo día,
en el que el mundo
no me haya dado miedo
y me haya lanzado a él
en acto suicida.