Angustia
por fernandobenavides
En ocasiones el temor rompe el silencio de la madrugada
y las tempestades son quedas
y sordas
y te inunda cierta angustia
y la tranquilidad a tu alrededor se revuelve entre las sábanas.
Hay 23 horas de tranquilidad,
de valentía,
y apenas unos minutos donde te invade
y vence
y derrota
y humilla el miedo,
y espero que en esas horas te encuentres dormido;
la mayor parte de las veces así sucede
y no te das cuenta de quién ronda
a tu alrededor
a las 3:50 de la madrugada.
Pero sucede que si despierto
comienzo a pensar
en personas saliendo de bares,
mujeres desesperadas
que tocan mi timbre
insistentemente,
una y otra vez
en lapsos prolongados,
esperando se abra la puerta
para protegerse de la noche,
sin nadie a quién recurrir,
con el alma rota
y el llanto andando,
y las recibo a esa hora
y no sé qué hacer.
La madrugada me da miedo.
Luego
llega de nuevo el silencio
poco a poco,
y sólo algunos automóviles corren las calles
con aliento de vino
y cerveza adulterada;
la mayoría van de regreso a sus casas,
algunas personas al hotel,
y otros tendrán sexo en el automóvil,
algunos chocarán en el auto
y gritarán desesperados
implorando ayuda,
otros tendrán el corazón
verdaderamente roto
al encontrar que el amor
los ha abandonado esa noche
para siempre,
y la mayor parte del mundo
no está en mis manos,
y sólo me llegan pensamientos de madrugada
y angustia.
El diablo,
el hermano del infierno,
se regocija en el dolor
tuyo,
mío,
y del mundo
cuando la luz no lo puede ver.